Hall de Recepción

[Narrador]

Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.

[Gienare]

Gienare no había escuchado ningún paso que delatara la presencia de alguien junto a él, quien sea el muchacho sabía moverse mucho mejor que el promedio. Se tomó... un buen rato en abrir los ojos y otro poco en hablar.

-Si-

Cuando hacían tantas preguntas le cansaban. Respondería siempre la primera..

-De casualidad... tienes dulces?-

Solo ahí levantó la vista, parecía un darglance o descendiente de uno, difícil confundirlos.

[Datsel]

Alguien tirado en el piso, y que apenas y puede abrir sus ojos, ok, tu eres un asesino que en secreto adora los esponjosos conejos, no te sorprende, pero te dan ganas de pisarle con el pie por que no se puede estar recostado en el hall, bueno, si traspasó la puerta principal de el fuerte es que es un invitado, este sujeto parece un mendigo... ¿De verdad es un guerrero? Mejor, era astuto, si alguien vivía de limosnas...

– Para ti no... – Le dice seco y le estira el brazo asi tomarle de la muñeca y levantarle. – Pero sé de un lugar donde puede que haya dulces... – Alguien que lleva algo ligero de valija, no necesitaba de grandes cosas... ¿Será monje? ¿Un viajero? Pero necesitaba de comer, nadie se merece tener el estomago vacío, lo cargaría en la espalda hasta llevarlo al comedor.

*Se lo lleva*

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Ahora nos vamos al comedor XD!

[Portia]

Claro que si, de toooooodos los días que había en el mes, decidía viajar aquel tan impropio de una bonita primavera. Portia caminada con grandes zancadas, pisando fuerte y cargando con una par de maletas de cuero pequeñas que bamboleaba al zarandear los brazos furiosa. -No estoy yo para estos trotes...- farfulló por lo bajo, soplandole a un mechón de pelo pegado en la cara, pero obviamente no se movió.

Estaba calada hasta los huesos y no ansiaba nada más que darse una buena ducha. Dejó las maletas en frente de la puerta y miró la fortaleza con las manos en jarras, empezando a sacar defectos en su cabeza.- Ya me dirás tú para que leches tenemos que venir aquí... - volvió a quejarse al aire. Se escurrió el pelo y el bajo de la falda y abrió el portón con cierta dificultad resbalando un poco con el suelo mojado. No era su momento mas digno así que se alegraba de no hubiera una comitiva esperándola. Cuando el hueco fue suficiente para colarse entró metiendo sus cosas.-Alguien debería engrasar esa puerta, no todos somos guerreros de dos metros

Miró a su alrededor pateando rítmicamente con el pie el suelo, ahí no había ni dios.-¿Hola?- dijo llevándose las manos a la boca para hacer sonar algo más alto su aguda voz. Si no aparecía alguien, no se le oscurecería la vida indagando por ella misma.

[Gienare]

Una voz le hizo levantar la mirada de sus pasos, acababa de bajar la escalera desde el segundo piso y divisó a una persona chorreando agua en el hall.

Minuto entero estuvo decidiendo si no sería mucha molestia indagar.

Al final decidió que si y le dio la espalda para encaminarse al comedor.

[Portia]

Escuchó el eco de unos pasos y alzó la mirada apartándose un mechón húmedo de la frente. Era un tipo alto y moreno con cara de cansancio. Bueno para ella cualquier persona era alta, en realidad. Frunció el ceño al ver que se daba la vuelta sin soltar un simple hola. ¡Pero bueno qué descortés! Menuda primera impresión de Askal. -¡Eh, tú!- Se señaló con un corto dedo acusador .- ¡El larguirucho desganado!- increpó para no dejar lugar a dudas.- Un poco de ayuda a los nuevos compañeros ¿no?- Le regañó con tono de abuela cascarrabias. Si esos eran los famosos guerreros de Askal... menuda decepción. Y si era el servicio ¡Menudo servicio!

[Gienare]

Se detuvo bajando la cabeza con solo un paso ganado. Que pena, no era ciega...

"Larguirucho desganado"... no podía ofenderse, tenía toda la razón. Gienare se frotaba la nuca mientras volteaba a mirarla mejor, ahora que no podía simplemente ignorarla al menos no le daría más razones para cabrearse con él...

-Ah.. no te vi- mentira. Si lo pensaba bien ella le vio mirarla -Es que eres muy bajita- señaló en una mala elección de excusa. Se inclinó doblando su cuerpo por la cintura y un brazo en el pecho, ya que... no es que pudiera huir ahora -Bienvenida a Fort Askal, en qué puedo servirte-

[Portia]

Muuuucho mejor. Le vió girarse, digno hijo de la resignación. Al menos tenía la decencia de no hacerse el loco y hacerle caso, eso se lo concedía. -¡A otra con ese cuento!- se quejó poniéndose en jarras- Ni que fuera un gnomo- pero si era bajita -Mucho mejor, no cuesta tanto ¿Eh? Gracias, clamado desconocido

Miró el hall asintiendo y luego a él otra vez ¿Como va el asunto aquí, donde dejo las cosas?- preguntó en general.

[Gienare]

Sonrió por las ocurrencias, era perezoso pero no inmune a las llamadas de atención -Gienare- y no dar su nombre era una falta de modales que pondría a los suyos a carraspear y poner miradas pesadas. El "no cuesta tanto" era muy relativo...

Temía que preguntara eso -En el...- levantó la mirada hasta su rostro -...primer piso- un trueno lejano le resonó en el estómago ¿estaban muy pesadas esas maletas como para ser... como era... educado? Educado para llevarlas por ella... Si no sacaba el tema tal vez podría hacerse el tonto...

-Las escaleras que están a..- suspiró, era demasiado explicar. Metió la mano en el bolsillo y sacó una cajita de pockys, le ofreció uno como si fueran cigarros mientras se llevaba otro a la boca. -Los cuartos se asignan solos. Tienes pinta de ser impaciente... te perderás- le hizo un gesto vago con la mano para que la siguiera hasta el mapa del lugar que había al comienzo del pasillo.

Apoyó las manos en las rodillas para recuperar aliento y le señaló el área del segundo piso.

[Portia]

Asintió satisfecha, por el avance -Portia, encantada- estornudó de repente, llevándose las manos a la cara y le miró poniéndose algo nerviosa con su parsimonia. A Portia le burbujeaba la sangre en las venas, era puro nervio proactivo y perder el tiempo la volvía loca.

¿Estaría enfermo? Le estudió con ojos curiosos y cogió sus maletas enérgicamente andando con pasos firmes detrás del muchacho como un pollito siguiendo a una gallina. Miró el mapa y lo estudió con aquellos ojillos nerviosos. No parecía muy complicado pero no se quejaría si la guiaba.

La Vrenneth arrugó la nariz escrutandole - Estás hecho un asco, ¿Qué te ocurre, anemia, tensión baja, hipoglucemia, alguna deficiencia cardíaca, pulmonar...?- empezó nombrar dolencias mientras le examinaba curiosa, tomando su pulso, bajando su párpado y examinado su tono... Un guerrero tenía que estar en mejor forma.

[Gienare]

Portia la resfriada, le quedaba.

-Hipo...- se dejó examinar como nada producto de la costumbre -Sumado a un mal día y una mala personalidad, supongo..- al menos no tenía toda la lista desplegada, algo que agradecer.

Se metió un chupetín de fresa a la boca y se estiró con pereza, una tercera siesta le vendría bien... -Portia, dejame mostrarte la zona de los dormitorios... De todas maneras voy hacia allá- ya había sido mucha caminata de todas formas.