Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.
Sonrió levemente con cierto sonrojo que cubrió parte de sus mejillas a causa de la vergüenza. — Las cosas que dice usted de mi joven Robert.— Suspiro la chica por un momento.
Escuchó tales palabras más no estaba segura de haber alguno.
—Como le digo soy nueva y pues al llegar las únicas personas que me ayudaron fueron justamente jóvenes como yo, alumnos del castillo, aquellos que llevan más tiempo. Si usted desea puedo acompañarlo.—
Me sentiré honrado si me llevas de la mano, milady Esmeralda, lléveme a donde considere y muéstreme las maravillas de nuestro nuevo hogar!
[me levanto y me pongo de su lado, sin dejar de tocar, esta vez una melodía más alegre. Ambos notamos como nuestras piernas se vuelven más ligeras]
No sé si se lo he dicho, pero mi oficio es la música, la música y la vida, amo la vida. La vida y las mujeres, y la belleza en su majestuosidad! ¿A donde nos dirigiremos?
Que bien, acabo de llegar y ya tengo una buena amiga, estoy seguro de que este lugar será un hogar precioso donde desarrollar mi arte y hacer felices a los demás.
"¿Acaso es ciego? tenga el mismo problema que yo" No, porque sus ojos no parece tener problemas". Pensó dubitativa al respecto de lo que este le estaba ofreciendo. Dudo un momento, pero decidió no hacerlo. — No quiero parecer grosera, joven pero prefiero ir así, sin tomada de la mano. — Movió las manos de un lado a otro acercandolo cerca de su pecho.
El cigarrillo se movio de un lado de la boca al otro, los labios se entreabrieron dejando salir humo, una mueca se dibujo. La expresion en sus ojos no denotaba ninguna emocion en particular. Aspiro con la nariz y se quito el cigarro, tirandolo en suelo y pisandolo con el pie.
Avanzo en silencio, las puertas se abrieron y de un bolsillo interno de su abrigo saco una carta de papel raido. El guardia miro el contenido dejandole pasar sin intercambio de palabras alguno.
Hasta el momento no hay nada que me llame la atencion de este lugar. JA, que mentira, este lugar es la hostia. Mira que ... son tapices de la segundad era? Wooo... y mira esas esculturas. Que ventanales majestuosos. Si... este lugar es prometedor y da lugar a la imaginacion. Si. penso.
El joven darglance estaba complacido con cuando sus ojos miraban pero su cara no dejaba entrever ninguna expresion salvo la apatia que acompañaba su caminar sereno, no lento, sino sereno, dando zancadas largas, moviendose por cuan largo era el hall. Deteniendose por momentos a ver las paredes decoradas, las molduras en el techo, la cortineria. Saco una libreta de su bolsillo derecho y anoto algo.
Cuando mis ojos se posan en ti, mi sol, cuando tu voz me llega ya es tarde, estamos a kilometros de distancia. Tan lejos uno del otro, tan lejos. Tu cabello brillaba bajo el firmamento como otro sol, tu sonrisa me llenaba el alma. Y ahora estamos apartados, lejanos, ajenos el uno del otro... Entre nosotros un mar de gente, entre tus manos y las mias cientos de palabras vacias..
La primera poesia... o prosa poetica, se sentia satisfecho. Quizas le falta ser pulida pero ahi tenia por donde empezar, quizas despues podria ponerle algo de melodia. Ah, pero Nobu no sabia tocar la guitarra o ningun instrumento. Sobraba tiempo para aprender, mientras no tuviera que partirle la madre a nadie o meterle una flecha por culo a alguien, tiempo habia de aprender habilidades nuevas.
Bien... y ¿a quien deberia acudir para preguntar por alguien aqui? sus pies se detuvieron bajo el marco que lindaba con los pasillos de la planta baja y de ahi su espiritu aventurero lo llevo a pasearse, leyendo cada placa para saber que esperar antes de penetrar ninguna puerta.
Allen había llegado al castillo, desde ahora debía olvidar por completo de donde proviene y sacar la mayor información posible. Cualquiera pensaría que es un darglance, pero las apariencias siempre terminan engañando. Suspira levemente clavando sus gélidos ojos hacia el hall, conociendo y revisando cada rincón de este lugar.
Las dos chicas bajaron rápidamente las escaleras y llegaron al hall. Allí se encontraban dos paquetes envueltos con una nota sobre estos. "Para Alkyone D'Lumiere."
- Era lo que estaba esperando, voy a revisar que este todo y después lo llevo a la habitación. -
Dentro de uno de los paquetes se encontraba una mochila; la cual contenía un kit completo de medicinas variadas, elementos de sutura y vendaje; el cual revisó minuciosamente. Además contenía una máscara ornamentada con filtro, para poder entrar en lugares con peligros biológicos reduciendo el riesgo.
- Este está perfecto, a ver la otra. -
Dejó la mochila a un lado y desenvolvió el otro envío. Era una caja de madera muy resistente, dentro había heno y las piezas de su armadura de entrenamiento. Colgó la caja y la mochila de la alabarda, con las telas que la cubrían.
- Ya tengo mis cosas para el viaje. Lo próximo sería dejarlo en mi habitación, después podemos hacer lo que quieras. -
Observó las cosas que le habían pedido y eran bastante. No sabía cuánto tiempo se iban a quedar fuera pero ella necesitaba un tipo de suministro que dudaba mucho que sus compañeros le puedan ayudar.
—Yo tendré que hacer lo mismo, osea tendré que llevar comida y una que otras cosas para el viaje. Bueno Alkyone, ha Sido un gusto conocerte y hacerme el tour, si en algún momento necesitas entrenar, puedes hablar conmigo.— Sonrió.
