Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.
Laphane apretó los labios, desvió la mirada y llevó ambas manos detrás de la cabeza mientras procesaba aquella ridícula y preocupante pieza de información. Hubiera preferido llevarse dos dedos al puente de la nariz y cerrar los ojos, pero no quería dejarlo fuera de su campo visual. "Armageddon. Se hace llamar Armageddon". La palabra significaba "evento de gran destrucción". El arquero no podía imaginar un padre tan irresponsable como para llamar así a su niño. Debía tratarse de un nombre elegido por aquel sujeto, por lo que más que un mal presagio, era una prueba de dudosas intenciones.
Suspiró con molestia y bajó los brazos. Todo aquello tomó un tiempo difícil de ignorar y los gestos del arameddino no fueron precisamente sutiles.
- Primer piso. Las habitaciones tienen los nombres de sus ocupantes designados escritos en las puertas- dijo al fin, apartándose junto a Esmeralda para dejar paso hacia el umbral que guiaba a los pasillos- Adelante. Te acompañaremos- dijo el arameddino, invitándolo a liderar la marcha con un gesto de su mano libre.
¿Armageddon? Esmeralda enarcó una ceja ya que o era muy original el nombre o no le estaba dando buena espina. —No es un nombre muy común. — Respondió con una sonrisa. —Justamente venimos desde allá. —
La chica no solo se afirmó en el Arameddan sino más bien llevo una mano hacía la pared para saber por dónde seguir. Solo que había un pequeño problema, pues siendo nueva le costaría recordar en donde se encontraba las habitaciones, pero no quería ser una molestia.
Abrió los ojos y pudo notar levemente unas lámparas iluminadas, también escuchó los zapatos de sus compañeros, lo cual estaban cerca.
Armageddon avanzo hacia donde le habían indicado pasando por el costado de los dos jóvenes.
-Si no me van a guiar no hay necesidad que me acompañen.- dijo, agregando un gesto con la mano para que se vayan y sigan su camino.- Es muy improbable que me vaya a perder después de saber a donde ir.
Si simplemente se perdía en un lugar así, no seria muy bueno en su trabajo, no siempre se podía tener un mapa perfecto de la zona a neutralizar.
-No quisiera interrumpirlos en lo que sea que estuvieran haciendo por aquí.
Laphane se mantuvo relajado pero alerta mientras Armageddon pasó a su lado. No le hacía gracia la idea de perderlo de vista, pero no podía ser su sombra hasta el fin de los tiempos. Mañana buscaría tranquilidad hablando con algún responsable de admisiones. Debía haber alguien así, ¿no?
- Supongo que es cierto. Es muy amable de tu parte- dijo mientras lo veía marcharse- ... Vamos, Esmeralda.
Aún sujetando la mano de la chica, retomó la marcha a los establos.
*Se van*
______________________ FdR: To be Continued...
Armageddon dio la vuelta a un pasillo, espero unos segundos hasta estar seguro que ya se habían ido para así volver al Hall de Recepción.
No quería admitir que se olvido sus cosas frente a esas personas, hasta tenia un plan para regresar si es que decidían acompañarlo, pero por suerte no se vio en la necesidad de utilizarlo.
Y ahí estaba su maleta apoyada en el suelo, de color negro y que no llamaba la atención. Comenzó a arrastrarla en el suelo, era mas pesada de lo que uno podría imaginar solo con verla.
"¿Todas las trampas estaban neutralizadas verdad? Si, estoy bastante seguro"
Igual caminaba con cuidado, evitando movimientos bruscos. Tuvo suerte que ninguna de las dos personas vio la maleta, y no intentaron abrirla o moverla, si explotaba y eran heridos seguramente lo terminarían culpando.
Ademas tenia algunas cosas que prefería nadie mas que él mismo viera, al menos por ahora.
Lentamente, arrastrando la maleta, caminaba mientras silbaba una tonada, afectada en tono por las vendas que rodeaban su rostro.
[Aparezco lentamente, abro las puertas del castillo con cuidado y, al ver que no hay nadie en el hall, me siento en las escaleras, allí saco mi guitarra y me pongo a tocar.]
Al fín había llegado, aunque no es como lo había imaginado, un lugar lleno de emoción que me provocaba una enorme desazón. Estaba solo, perdido, pero no hundido, no mientras tuviese mi fiel instrumento. Provocaba las mejores sensaciones a quien lo escuchaba, asique hice lo que mejor sabía hacer, me senté allí, en aquel frío escalón, a tocar y ver quien aparecía, si un ángel se dignaba a bajar y, que me pudiese enseñar, aquel sinuoso lugar.
La joven Esmeralda se arreglaba el cabello llegando hasta el Hall. —Donde se habrá metido.— La cosa es que bueno debía aprovechar el día de hoy ir a la ciudad, ya que debía hacer algunas compras.
En ese momento vio un muchacho, podía ser nuevo o antiguo. Esme escuchó la bella melodía lo cual se quedó escuchando hasta que él acabase.
—Es una bella melodía.— Comentó con una sonrisa. —Hola qué tal, soy Esmeralda encantada.— Reverenció.
Sonrió levemente Enarcando una ceja ya que recordó al perro de su familia que casualmente también se llama Bobby.
—Si usted me considera su amiga, no hay problema.— Comentó. — Ammm bueno yo también soy nueva, llegué ayer y pues si te soy sincera no conozco casi nada de acá. Lo único que podría a ser son las habitaciones y el establo. Las habitaciones son enumeradas y son compartidas, debe de estar tu nombre en unas de las habitaciones. Si deseas puedo acompañarlo. —
El muchacho quería regalarle otra canción, más estaba preocupada por Laphane que quien sabe dónde diablos se metió.
No creo tener habitación todavía, pues estoy pendiente de ordalía, más aún me sentiré honrado de ser acompañado de una belleza de tal rareza, como la suya, milady. [Amago de reverencia]
¿Debo preguntar a alguna autoridad? ¿Hay alguien que dirija aquí? es todo tan complicado...
