Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.
– Despertaría algo sobresaltado al sentir como mí cuerpo caía, me había acomodado en un rincón a esperar y me había quedado dormido por unos segundos, mí cabeza se había caído hacia un costado y simplemente me había asustado al despertar de golpe aquella desagradable sensación. Me pondría de pie nuevamente, estirandome y observando atentamente el lugar, un lugar por lo visto destinado a los viajeros que cargaban más que sus tropas, pero que en lo personal no me sería de la más mínima utilidad, así como una puerta que nadie custodiaba y que por lo visto nadie se preocupaba de atender.–
Será más divertido, buscar quizás una entrada alternativa...
– Pondría mis manos tras mí cabeza y comenzaría a caminar calmadamente fuera de aquel sitio, no era sensato el andar de chismoso y entrometido, pero la falta de guardias o gente preocupada de los accesos, era quizás una señal clara de que no les importaba mayormente quien entrara. Podría haber intentado volar la puerta o por lo menos sacudirla con mi magia, pero sería más complicado si alguien tomaba eso cómo una agresión, era mucho más sencillo justificar una travesura menos agresiva. Saldría sin prisas desde aquel lugar, para dirigirme a las laderas, lugar desde el cual comenzaría a rodear el castillo y encontrar un acceso mucho más accesible.–
– Los pasos del arameddino sonaron fuertes apenas entró en aquél recinto, mientras observaba con una sonrisa las viejas y pesadas puertas, aproximándose con calma y plantandose frente a ellas sin dudar.–
Toc toc!
– Sería el único aviso antes de soltar un gran manotazo izquierdo, golpeando la estructura metálica y produciendo un fuerte sonido metálico, logrando que la puerta se abriera lo necesario como para poder entrar.–
Es descuidado dejar las puertas juntas y sin cerrojo, pero eso me evitará estár gritando como un ajeno.
– Daría un suspiro antes de entrar, terminando de empujar la puerta con su cuerpo y tranquilamente perderse por los pasillos del lugar.–
– La hija del viento llegaría al área de recepción y notaría como la puerta se encontraba abierta, lo que me haría observar Aquello ligeramente sorprendida, definitivamente era un lugar de gente confiada en su fuerza y quizás un poco descuidada.–
Vamos a ver dónde me enviaste padre...
– Daría un profundo y pesado suspiro, antes de entrar y comenzar a recorrer los pasillos del lugar.–
Tras dejar atrás aquellas granjas y de pasar la mañana en estas había decidido regresar al fuerte, al llegar a aquella sala de recepción pudo percatarse como las puertas parecían estar abiertas, lo cual le dejaba solamente una opción: habían nuevos integrantes en el fuerte.
Con aquella cesta en mano se dispuso a dejar atrás la misma rumbo al comedor ya que pensaba dejar aquellos víveres en este antes de continuar su camino.
El sonido de la sangre golpeando el brillante suelo del recibidor era tan ligero que solo él pudo oírlo, levantó la mano culpable y lamió de una vez el exceso que se perdía. El cuarto estaba vacío y el rastro frío... los aromas no coincidían con lo que buscaba, debía seguir un poco más adentro.
"Roto"
No tenía mucho tiempo antes de perderse para siempre en sus necesidades más oscuras, más retorcidas. Podía sentirlo, poco a poco dejaría de significar algo y sería una nueva razón de ser. Este rastro frío era su única esperanza de ser Jack.
Comenzó a moverse hacia la siguiente puerta, captando los olores que atravesaron por allí hace poco. Esta era su última oportunidad, viviría o moriría en este lugar.
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We're a whole new creature from the darkest side
You can't take away the pain we feel
Created as monsters that come to life
– El carruaje se detendría y un minuto pareció congelarse en ésos instantes, siendo solamente los caballos quienes rompían la solemnidad del momento con el movimiento de sus orejas. El conductor daría un par de golpes al carruaje, desde el cual una pequeña figura descendió sin ganas o una sonrisa en su rostro. El infante de 12 años comenzaría a caminar hacía la puerta, mientras el conductor bajaba y dejaba un par de cajones de ropa en el área de equipaje, mientras la figura de metro y medio se comenzaba a internar en el interior de aquella fortaleza.–
Misha contemplaba la entrada del bastion con detenimiento. Sus ojos vagaban de aqui para alla posandose en los detalles de las molduras y detalles de texturas; habia invertido una buena cantidad de tiempo en volver a dejarlo como lo habia conocido sino mejor, quizas incluso le habia quedado un poco pomposo. Suspiro. No quedaba mas que traer el nuevo cristal.
-fsh.- hizo un ruido al apretar su labio inferior contra sus dientes y luego suspiro pesado. Sus pies caminaron hacia el interior del recinto, aquel el ultimo lugar que revisaria. No, no era un maestro mayor de obras, pero una pila de libros, años de ver procesos de diseño y contruccion habian valido de algo y la sensacion de satisfaccion que vino con aquel trabajo honrado era superior a cualquier sensacion previa. Ni siquiera un combate habia logrado una satisfaccion similar.
Tenia que buscar a Laphane, hacia semanas, semanas largas largas semanas de no verle. Queria rodearle el cuello con sus brazos y hundir sus labios en la boca ajena. Sentir su respiracion en el oido y prenderse a el como hacen algunos monos con su madre.
¿Cuanto hacia que no había pisado el fuerte? había olvidado cuánto tiempo había pasado, pero el lugar era el mismo de siempre. Se llevó una mano en la cabeza ya que por un momento se sentía nervioso y ansioso. — No sé porque me siento así, puede ser porque hace mucho que no sé de las personas que viven acá. ¿Cómo estará Misha? la última vez estaba con aquel joven Pegasus, creo que ese era su nombre.... — Se llevó una mano al mentón. —¿Habrá recibido mi carta? — Se hacía varías preguntas. Lo único que tenía que hacer es saber qué había pasado durante todo este tiempo, si seguían las mismas personas o ya no regresaron o si había gente nueva.
Primero debía ir a la administración posiblemente Christian deseaba verlo, aunque en realidad recibió una invitación de una mujer, la cual desconoce. "Posiblemente me necesitan en el castillo, así que he venido lo antes posible"
Un carruaje había arribado a las puertas de aquel fuerte de este bajó un joven de aspecto asiático el cual llevaba un cheongsan de una tonalidad rojiza con el fino diseño de un dragón oriental en dorado, este agradeció al chofer del mismo con una ligera reverencia mientras observaba como bajaba una pequeña maleta para llevarla hasta aquella recepción.
No podía negar que aquel lugar le causaba cierta curiosidad, quizá allí podía ampliar aún mas sus conocimientos aunque la criatura que habitaba en su ser no necesitara de ellos, sin embargo había oído algunos rumores sobre que precisaban nuevos miembros razón por la cual había aceptado dicha invitación de aquella misteriosa mujer.
Tras observar aquel lugar detenidamente sujetó aquella maleta para así disponerse a continuar su camino hacia aquellos pasillos esperando quizá que alguien pudiera guiarle por el mismo.
