Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.
Una pequeña niña con apariencia entre inocente y gótico se hizo presente, tarareaba una melodía un tanto siniestra. — Creo que acá encontrare a mi padre y a mi novio y comida — Comentó en un susurro, pudo darse cuenta una chica, así que se acercó y se puso en frente de la rubia. — Holaaaa soy Celine. — Saludo eufórica la darglance. — Soy nueva y tú eres muy linda. — Comentó la pequeña niña.
EL ultimo comentario de Esmeralda sobre el campo de batalla le hizo pensar que quizas la rubia no tenia idea de lo qeu ocurria en un campo de batalla. Suspiro y se enfoco en Laphane quien imagino no estaria tan de acuerdo con el comentario pero *se enconge de hombros* que sabia ella, tampoco se conocian tanto.
Estaba camino a seguirlos a ellos cuando entro alguien quien se le puso de inmediato en frente impidiendole seguir el recorrido. Misha bajo la vista solo un poco, era una jovencita, no mas de quince a juzgar por su cuerpo. (Aunque podia equivocarse...)
-eh? Ah!... Hola, bienvenida.- miro a la chica y luego a Phan y Esme que se alejaban y atino a abrir la boca para pedir que la esperen pero el deber ser le hizo cerrarla. Suspiro por la nariz y se resigno a su destino.- ¿Linda? - Misha no se consideraba linda, o simplemente no se consideraba nada. Salvo... funcional, y apropiada para la tarea. Se sonrio ciertamente enternecida.- Gracias. si, puedo ver que acabas de arrivar.- extendio su mano derecha y metalica hacia la joven.- Sün Misha Kalev, un gusto.- dicho esto, paso de ella y siguio su camino.- Disculpe tengo un par de cosas que atender. Nos vemos luego.- y con demora fue tras el rastro del explorador.
— Vieja estúpida me dejas sola. — Saca un cuaderno negro y escribe el nombre de la primera mujer que la dejó sola en el castillo. En ese cuaderno iba a todas las personas que iba a molestar, solo tenía nombres en ellas nada más.
— Ya verás pondré ratas en tu cama. — Susurró y encamina hacía otro lado para ver si logra conocer otras personas en el castillo.
Estaba seguro que muchas personas llegaban a este lugar felices de haber sido elegidos, de ser parte de algo importante y poder pelear por el reino. Pero para él la cosa era completamente diferente, estar en este lugar representaba su fracaso en su trabajo, su fracaso como parte de Armageddon.
Dio un par de pasos y miro a su alrededor.
-Nadie.- se dijo a si mismo en voz baja, su voz reducida por efecto de las vendas que cubrían su rostro.
Extendio una de sus manos, piel ennegrecida visible debajo de sus vendas, mas notable en la parte de sus dedos, e invoco un par de pajaros de agua. El primer paso cuando ingresaba a un lugar siempre era el mismo, explorarlo y encontrar sus fortalezas y debilidades.
*se queda*
Nota1: Tenemos algun control horario o sea si es de dia de noche y eso o cada uno anda en su burbuja temporal propia?
Nota2: Lo voy a dejar por aca por un rato, si para mañana no aparece nadie lo comenzare a mover.
FdR: Hay varias horas roleándose a la vez, sólo es cuestión de concertar. De momento las chicas de "Las Alas" rolean al mismo tiempo de la noche que nosotros, mientras que Mkoll y Kurie están avanzados algunas horas.
____________________________________
Laphane guió a Esmeralda a través del Castillo. Como era de esperarse, la vrennethse tenía problemas para recordar dónde estaba en las zonas menos iluminadas, con las escaleras siendo uno de los mayores obstáculos. En esos momentos Laphane la dejaría caminar apoyándose en la pared y le explicaría con palabras su ubicación. Si parecía que iba a caerse, se mantendría cerca y le sostendría la mano de hacer falta. Así, lentamente, avanzaron hasta el Recibidor, conversando y bromeando de vez en cuando.
Una vez llegaron allí, Laphane se detuvo en seco. Si bien las apariencias podían ser engañosas, había circunstancias en las que no podía evitar precauciones: El joven frente al arquero parecía un maleante en toda regla. Encapuchado y cubierto de vendas, parecía ocultar heridas de algún tipo. En sus manos, dos esferas de agua comenzaban a formar alas.
- ... Bienvenido- dijo tras un breve momento en que sólo cruzaron miradas.
Lentamente comenzó a bajar por las escaleras del castillo, apoyando la mano sobre la pared y esperando que no se tropezara, sería una vergüenza enorme si eso pasara, por suerte solo hubo algunos tropezones pero todo estuvo en orden. En ese momento sin saber que Laphane se había detenido siguió caminando hasta chocar con su espalda. — Aush. — Estuvo a punto de decir algo pero pudo escuchar solo la palabra bienvenido. — Hola que tal Bienvenido. — Se puso al lado del Arameddan tomando el brazo de este para poder guiarse, mejor.
Armageddon miro a las personas que acababan de llegar y con un gesto rapido desactivo el hechizo que estaba a punto de invocar. No iba a necesitarlo si lograba que alguna de esas personas le sirviera como guia.
El joven se lo quedo mirando de forma extraña antes de saludarlo, ¿acaso se habian visto antes? no lo recordaba.
-Buenas noches.- dijo, su voz baja por efecto de los vendajes, manteniendo la mirada firme hacia el joven. En su trabajo se había hecho con muchos enemigos, esperaba ese no fuera uno de ellos, enfrentarse a alguien sin la preparación adecuada estaba en contra de todos sus principios.
Pero, no creía fuera a hacer nada con una mujer al lado, ella lo tenia sostenido del brazo, y no le era difícil imaginar que eran pareja o algo similar.
-Pediría que me den algunas indicaciones, pero no quisiera interrumpirlos en sus actividades nocturnas.- dijo, dando especial énfasis en la ultima palabra.
¿Porque estaba provocando a un posible enemigo? su mente pasaba por distintas situaciones posibles y estaba eligiendo la opción que le resultaba mas conveniente, no le gustaba tener que improvisar.
Laphane se sorprendió ligeramente cuando Esmeralda chocó contra su espalda. La impresión causada por el chico le había hecho olvidar momentáneamente a la vrennethse. No obstante, no se giró a verla ni se disculpó. Su atención estaba en el extraño. "¿Acaso soy un cobarde?" se preguntó, pero descartó la idea rápidamente. Había algo extraño en él. La precaución era natural.
El tono con el que el muchacho habló distó también de ser amigable, logrando que el arquero frunciera el ceño aun más. ¿Estaba provocándolo? Iba a responder cuando conectó las piezas de información: La habitación de Esmeralda sólo tenía un nombre escrito. Cualquier recién llegado a esas alturas, probablemente terminaría siendo su compañero de cuarto. La idea no le gustaba. Su semblante se relajó un poco.
- No es problema- respondió, midiendo su tono- ¿Cuál es tu nombre? Podemos ubicar tu habitación con eso.
Apoyó su mano sobre la mano que Esmeralda tenía sobre su brazo, a fin de asegurarse de mantenerla cerca.
No entendía muy bien lo que estaba pasando, el simple tacto de Laphane la tranquilizo un poco. Esmeralda mantuvo los ojos cerrados, ya que no tenía caso de que los tuviera abiertos, total no ve. Se mantuvo callada esperando el nombre del nuevo joven muchacho que ingresa al castillo.
-Mi nombre es ... - lo pensó por unos segundos. Su cuerpo se tenso mientras soltaba sus siguientes palabras.
-Yosoy Armageddon.- no era solo un nombre, era una declaración de intenciones, como el ultimo miembro vivo era su trabajo mantener en la memoria los principios que había prometido perseguir.
-¿Como encontramos la habitación? - preguntó, ya con un tono mas natural y relajado, su voz casi inaudible. Tenia varias cosas que dejar en la misma, que preferiria nadie se pusiera a revisar.
