Hall de Recepción

[Narrador]

Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.

[Dalay]

- Oh, vaya, Bob. Mirá que caerte así- dijo Dalay sacudiendo la nieve de su grueso abrigo.

Grueso sobre grueso, el tharagonés parecía más un oso que una persona. ¡Y eso que su abrigo no era de piel!.

- Mmh... Bueno, te han maltratado, muchacho, pero nada indispensable ha sido roto. ¡Un espíritu fuerte yace más allá del alcance del fuego y las espadas!- concluyó satisfecho.

El monje juntó toda la nieve restante como pudo y la apartó junto con los utensillos y decoraciones que hacían a Bob... Bob. Luego fue al exterior y desde allí trajo más nieve, rodándola a través del umbral en la forma de una gran bola blanca.
En cuestión de minutos Bob estaba nuevamente de pie, esta vez más panzón y rechoncho que nunca, pues Dalay consideraba que podía comer más.

- ¡Que no te desanime esa mala gente, Bob! ¡Los que apreciamos tus bienvenidas siempre seremos más!- le dio una palmadita al muñeco y siguió camino hacia el interior del fuerte.

*Se va*

[Sigh]

La chica observó callada mientras el monje gigante entraba y se sacudía inmensas cantidades de nieve del abrigo. Al parecer el afable gigante también lamentaba la caída del muñeco de nieve, pero había tomado en sus manos el revivirlo.

En cuestión de minutos lo tenía rearmado, más grande y rollizo que nunca.

Por alguna razón, el monje no había notado a la chica, por lo que cuando este se fue, Sigh solo pudo hacer un gesto de saludo, como agradeciéndole.

La pequeña se levantó, dio un cuidadoso abrazo a Bob, y se fue, tratando de retomar la pista de las flores.

*se va*

[Narrador]

Escena Finalizada

[Kurie]

UFFF!

La voz de la arameddina retumbó en todo el helado hall. Se quitó el gorro invernal que llevaba en la cabeza, sobre el segundo gorro (Éste más delgado) de un rojo brillante, bordes en blanco nieve y un alegre pompón en su punta. Literamente alegre; Kurie le había dibujado una cara radiante como la propia.

Sus ropas también eran abrigadas, lo suficiente para no congelarse y no tanto como para rodar de un lugar a otro.

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Otama venía subiendo las escaleras cuando Kurie ya había corrido por todo el lugar. -Ohhh..! ¿A quién tenemos aquí?- Kurie rodeaba al muñeco de nieve hasta dar con un distintivo:

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La muchacha se incorporó y apoyó sus manos en las caderas -Boooob! un placer! bienvenido al staff del castillo!- sacudió la rama que hacía de brazo y miró por sobre su hombro -OOOOOOI! vas a entrar o tengo que traerte en brazos de nuevo?-

[Cornack]

Cornack buscó por algunas partes en donde podría encontrar a Kurie, pero no tuvo éxito. Hasta ahora -Aha! Te encontré!- Caminó rápidamente hacia ella y luego vio al oso que subía por las escaleras -Hola Otama! Ha pasado tiempo- A todo esto, el seguía con la nariz de reno puesta, y pareció olvidar que todavía la llevaba encima.

Tomó las manos de Kurie y preguntó sin tapujos -Por favor dime que sabes envolver regalos... Lindo gorrito por cierto- Dijo el joven marinero desviando su mirada hacia el pompón blanco que colgaba de la punta del gorro "Adorable..."

[Allen]

Hoy tenía que darle de comer a Fëanor y no lo encontraba por ningún lado, era molesto en parte ya que ya era todo una bestia adulta, pero Khalessi lo trataba como un cachorro. — Donde estás Fëanor...— Estuvo a punto de toparse con un muñeco de nieve Así que se hizo a un lado. Vio a Cornack y Kurie la cual no había visto ya más de un mes, un mes y una semana aproximadamente.
— Buenas ¿que tal están?—

[Narrador]

Escena Finalizada

[Narrador]

Si alguien hubiera estado en el recibidor, podría haber escuchado el sonido extraño del viento. Pero aquella mañana el hall estaba deshabitado. Fue así que en secreto la criatura llegó hasta las puertas de Fort Askal y comenzó a congelarlas. Pronto metal y madera fueron piezas sólidas que se quebraron ante el impacto de los brazos helados, abriendo paso al viento helado y a la criatura.

El golem ingresó levitando, con su cuerpo helado emanando un aura glacial. Echó apenas un vistazo alrededor y extendió sus manos hacia el piso, liberando una luz blanca que comenzó a congelar el piso, trazando un sendero gélido a lo largo de los pasillos.

[Narrador]

Sin nadie que lo detuviera, el golem dirigió su ataque congelante a las paredes y el techo, hasta que el Hall pareció tallado en una única pieza de hielo. Satisfecho hizo brillar sus brazos y a continuación los disparó contra una de los muros, atravesándolo.

*Se va*

Mientras escapaba, el daño causado por su ataque provocó que todo el lugar se trizara como fino cristal. En cuestión de segundos el Hall se vino abajo, destruyendo bajo su peso los cristales de teletransportación.

Off Topic

Los cristales de teletransportación han sido destruidos. El Hall se ha derrumbado por completo y la entrada a los pasillos deja pasar limpiamente el viento invernal.

[William]

William se cubrió con la capucha la cara para evitar el frío del viento que lo había tomado por sorpresa "Rayos! Esto no pinta nada bien"
Desenvainó su espada y comenzó a potenciarla -Sozin Yol!- Las flamas se añadieron a la espada mientras iba caminando por los escombros "Si voy con cuidado tendré suficiente tiempo para encantar la espada entera"

Siguió avanzando mientras buscaba algún posible herido entre los escombros.