El peso del oro [Misión de Bosque]

[Narrador]

El peso del oro

Un cofre roto ha desestabilizado el conjuro que se activa al abrirlo y ha invadido el área circundante, dentro solo hay cinco piezas de oro con diferentes grabados, la teoría es que al alejarlas todas del rango del conjuro, este se disiparía. El inconveniente es que el conjuro intensifica el peso de todo aquel que tome una moneda. Los lugareños afirman sentir el peso del mar sobre sus hombros.

Dificultad: Cada guerrero puede cargar una moneda a la vez. Cada paso con moneda en mano estará sometida a una tirada de agarre y se debe efectuar la siguiente tirada:

* 1d10 + atributo Fuerza.

Se necesitan 3 éxitos de dificultad 3 para dar un paso. (3 de los dados deben ser mayores a 3).
Se necesitan 3 pasos para salir de la zona afectada por el conjuro (1 paso por post).

A cada tirada fallida, el personaje pierde 1 punto en agilidad.
Si llega a 0 no podrá moverse y deberá soltar la moneda, la cual regresará al cofre.

Consejo: Se recomienda enviar a guerreros con puntaje alto en Fuerza o Agilidad.

[Mionne]

Hablar con los piratas era mucho menos productivo que hablar con la gente del pueblo. Después de husmear un rato se toparon con la historia del cofre. Tal vez no era la más idónea para otras tareas que necesitasen de una velocidad asombrosa o una percepción excepcional, pero sacar un par de piezas que pesaban como el mismo mar... bueno se veía capacitada.

Se acercó al cofre y sacó una de las monedas. Ya en la palma de la mano la notaba diferente, había mucho de raro en ella.
-Vamos allá...- Canturreó dando la primera zancada fuera del cofre.

5d10

*Pasos 1/3 realizado con éxito*

-Vale... de momento es soportable- Comentó antes de tomar aire y prepararse para el segundo.

[Akiyama]

Akiyama siguió a Mionne, había pensado amagar a los piratas y darse la vuelta cuando empezaran a rogar por ser escuchados, pero la joven tomo sus palabras muy literales. Pero bueno, pensaba tendrían oportunidad de volver mas tarde y hablar con los forajidos.

-Un cofre mágico.- dijo.- Que cosa mas curiosa.

Con un gesto dejo salir de su espíritu a su compañero oscuro, el espíritu de la velocidad y amo de las espadas, Izanagi. Y lo envio a recoger una de las monedas y alejarla del area magica.

5d10

Nota: Le voy a inventar un nombre? No, me lo voy a robar.

► Mostrar Spoiler

Fuerza 4
Resistencia 2
Agilidad 4
Percepción 2
Inteligencia 0

[Martha Bach]

Tenía el camino grabado en la retina, por lo que no me costó demasiado dar con el sitio. Sin embargo, no estaba sola.
—¡Hola! —saludo contenta, mientras me echo hacia delante y apoyo las manos en las rodillas, pues no es que tenga mucha forma física que digamos y venir al trote ya me ha cansado—. Me llamo Martha, soy la nueva —aclaro como resumen—. Anda mira, ¡el condenado tesoro! —sonriente, me acerco unos pasos sin quitarle la vista a mis compañeros -espero que sean compañeros y no asaltantes de cofres como yo-. Lo que menos me apetece es que me secuestren.
—Sois de Askal, ¿no? —quizá debería haber preguntado eso primero. Bueno, da igual.
Veo que cargan monedas.

FdR: me voy a tomar la libertad de dar por echo que le expliquen lo que tiene que hacer para agilizar las cosas.

—Entiendo... —no parece complicado, aunque fuerza... lo que viene a ser fuerza...
Me miro los bíceps y arrugo la nariz.
—A ver, son moneduchas... malo será que no pueda con UNA, ¿no? —me acerco al cofre y tiro con fuerza de una de ellas.
—... —no puede ser. No se mueve.
"¿En serio, niña?" Argos no tardó en susurrarme al oído. Ya tardaba.
"Cállate. Pesan como un demonio".
"Pf... "
Tiro con más fuerza si cabe y termino de cuclillas mirando al cielo mientras tiro con fuerza hacia arriba. Ni si quiera he sido capaz de levantarla ni un ápice para meter los dedos por debajo y poder hacer palanca. Parece que esté pegada al suelo.
Entonces miro a la chica. ¡Lo está llevando como si fuese un simple plato!
"Menuda moza..."
"Y que lo digas..."

FdR2: No tiro ni dado pa'qué

[Kurie]

-Pero ese no es el caso, verdad Martha?- la sombra del arameddan se hace presente sobre ella y su mano cubre la suya, rodeando su mano y la moneda al mismo tiempo.

Le guiña un ojo con una simpatía inherente en él. -Esto me suena a competencia!- tomó a Martha y la elevó hasta sentarla sobre su hombro, mas alta que todo guerrero presente y con moneda tecnicamente en mano. -Alguno se atreve a tomar el desafío?-


5d10>3

Da el primer paso con una facilidad envidiable, manteniendo la fuerza de su brazo controlado para no apretarle demasiado.

[Mionne]

Mio observó con curiosidad la invocación de Akiyama, hasta el momento no había descubierto qué era la criatura que solía utilizar en batalla.

-Dejando que te hagan el trabajo sucio ¿huh?- le picó sonriente mientras daba un primer paso exitoso sin más dilema.

Apareció una muchachita con más energía que cuerpo y dudó que pudiera ayudar mucho, pero valoraba su entusiasmo.

-Buenas Martha la nueva. - le sonrió con calidez - Mionne- se presentó alzando la mano que no tenía la pieza de oro. Le resumió la situación y la vió intentarlo con más ganas que resultado.
-Tal vez no es el mejor...- no desde luego no era el mejor reto para ella, pero Kurio apareció como su caballero de brillante armadura personal y solucionó el drama. La escena le sacó una risa fácil y en sus ojos brilló el fuego de la competición.

-¿Por quién me tomas? Por supuesto. Akiyama, ¡Sube!- pidió antes de dar otro paso (con él o no, según decida)

[Akiyama]

Akiyama no estaba del todo seguro.

-¿Subir? ¿Como? No soy tan pequeño como para que algo así funcione.- dijo.- Supongo podría subir a tu espalda.

Mientras tanto la criatura seguia intentando mover la moneda caminando.

5d10

Nota: Hacelo subir vos xD

[Martha Bach]

De pronto, una sombra caída del cielo me cubre y rodea mis manos con las suyas. Me giro y veo al príncipe de los chicos. Mi salvador. Sólo tiene un ojo, pero no me molesta. Estoy acostumbrada a lidiar con personajillos con un número de ojos distinto a dos.
Balbuceo algo, pero no me sale más que una risilla estúpida y un ronquido al reírme que me hace morirme de vergüenza. Noto cómo me coge por las caderas y me sube a su hombro. ¿Cómo se atreve? ¡Menudo descarado! Sin embargo, no seré yo quien le corte las alas a este jilguero que ha venido a alegrarme la vista y los ánimos.
Es fuerte, si duda. De lo más fuerte que he podido ver. Puede conmigo y con la dichosa moneda. ¿Cómo es posible?
Finalmente encuentro el valor suficiente para animarlo. Por supuesto que ganaremos esta competición improvisada.
—¡Vamos, rey!, tú puedes —le animo, cerrando un puño con fuerza y apretando una sonrisa en los labios.
"No me digas que ya te has olvidado del pobrecillo de Roger. No te culpo, tenía una nariz que valdría de perchero."
La impertinencia de Argos hace que me pellizque con fuerza la cuarta costilla izquierda.
"Ah, para, niña endiablada! Lo siento, lo siento..."
Argos se calla. No le gusta nada que le toquen por ahí. Son cosas que se van aprendiendo con el tiempo.
Miro al resto de competidores. Son buenos, pero no creo que puedan vencernos.
Entonces me doy cuenta. ¿Y si mi peso está retrasando a mi salvador? Quizá debería decirle que me baje para no pesarle, pero por otro lado... es un chico. Los chicos deben ser fuertes para cargar con una mocita como yo, ¿no? además: desde aquí se ve todo a las mil maravillas. Ojalá ser tan alta.

[Dalay]

Le guiña un ojo con una simpatía inherente en él. -Esto me suena a competencia!- tomó a Martha y la elevó hasta sentarla sobre su hombro, mas alta que todo guerrero presente y con moneda tecnicamente en mano. -Alguno se atreve a tomar el desafío?-


5d10>3

Da el primer paso con una facilidad envidiable, manteniendo la fuerza de su brazo controlado para no apretarle demasiado.

- Tomaré el desafío, pero no vayas a dejarme caer, ¿eh?- bromeó Dalay, que llegaba alegremente- Guárdame ese lugar, compañera, yo ya regreso- le dijo a la chica sobre Ku con confianza.

Al pasar apartó algunos cabellos del rostro de Kurie y saludó con una pequeña reverencia al resto, lo que implicó detenerse cada tantos pasos hasta que llegó al cofre.
Aumentar su propio peso sería más duro para él que para los demás, quizás, pues el buen noche ya estaba cerca del peso máximo que podía mover cómodamente, pero no sería mal entrenamiento.

- Con permiso, monedita...- pidió mientras cerraba una mano enorme sobre la pequeña pieza de metal.

El efecto comenzó a hacerse presente y Dalay emprendió la marcha de regreso tarareando una melodía en su cabeza.

6d10

[Kurie]

Rey arameddan, ah? no sonaba mal. Siempre que Mio no use el anillo porque ese sí tenía toda la pinta de rey de cuentos. Showoff.

Se irguió en toda su altura y usó su voz grave -Fear not, Martha la nueva. Estás en buenas manos- a menos que fuera demasiado frágil, pero claramente no era el caso.
Dalay pasó junto a su pose de heroe y le dejó pensando mientras apartaba un mechón resoplando, podía levantar a Dalay? podía sostener a Dalay, si. ¿Pero cuál era el punto de quiebre entre una cosa y otra? Tal vez cuál de los dos se movía al otro..?

-Eh. Dalay con nosotros. tres contra tres- cantó primero, entre que uno era inamovible y el otro inderribable se podían pasar todo el día allí.
Moneda:
5d10>3

Aprovechó la cercanía para empujar al par rival en un dos x uno inofensivo (sin daño, solo empuje)
Martillo y Cincel:
Mio:
4d10
Aquillama:
2d10