Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.
Bueno saberlo, aquella aclaración le alumbró el rostro a la muchacha. Estaba casada de problemas y conflictos y la promesa de nuevos compañeros tranquilos y sosegados era un alivio. -Me alegra escuchar eso, con algunos... Vas a necesitar paciencia. No todos aquí tienen un comportamiento intachable- le advirtió para que no se llevara sorpresas. -Aunque en general la gente es maja- aclaró al final para no espantarle. En el punto medio estaba el equilibrio.
Le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera mientras hablaban. -No será un problema, si vieneses con las manos vacías, encontrarías aún así lo necesario en tu habitación - suponía que ya tendría alguna asignada. Siempre le ponía los pelos de punta la eficacia de ese hechizo.
••Había llegado por fin al castillo, observó la carta la cual le habían invitado, sus familiares estaban contentos de que ella participará. Pero eso significaría que ya no podría volver, osea claro que podía pero no podía ir y venir cuando quiera. Suspiró y observó un poco la arquitectura.••
<Es bastante llamativa, me gusta mucho sus pilares en la entrada del castillo. ¿Cómo será por dentro?
El aviso de la llegada de un isleño le causaba sana curiosidad, Akira-chan, Kiba-san, estaban ocupados pero él tenía la tarde libre, caminó por el pasillo recordando algunos detalles de la carta enviada.
Byakko.. san, era? tenía poco contacto con la tribu de los tigres, más ahora que había hecho cancelar un matrimonio con una importante integrante de la familia real, que por suerte jamás tuvo que ver a la cara. Sonrió satisfecho con la paz que tenía ahora. cruzó el hall al mismo tiempo que una muchacha bella hacía entrada. Si era la fuente de su curiosidad.. que puntual!
-Oyasumi- le saludó con una leve reverencia -Bienvenida a Fort Askal- y el examen había comenzado.
••Bajo por las escaleras cuando escuchó una voz conocida.••
<Oh Tadashi Kun tanto tiempo, arigatō gozaimasu.
••Se sentía tranquila que conocía alguien que proviene de sus tierras.••
<¿Hace cuánto tiempo estás acá? Supongo que ya eres un veterano ¿No?
••Seguía mirando la arquitectura siempre le ha gustado este tipo de cosas, pero claro, nunca le permitieron acercarse a los maestros para poder aprender, así que cuando tenía tiempo leía libros sobre arquitectura.
Le dejó sin palabras, se incorporó lento de esa reverencia y empezó a calentar neuronas a buena velocidad.
Oh... Oh! claro, ahora recordaba de donde le sonaba el apellido -Byakko Asami- golpeó el puño sobre su palma felizmente satisfecho de haber recordado el momento y lugar donde la conoció. Qué terrible día.
-Algo más de un año- respondió cruzando los brazos. 1 año, 2 meses, y 20 días o 448 días, si quería ser más exacto. -Sólo otro guerrero más- sonrió ladino en lo que no podía verle. Si, era muy bonito, pero eso ya lo sabía.
Se había acostumbrado a Askal y no solía recaer en esos detalles, al menos no arquitectónicos -Y es la punta del iceberg, este lugar está equipado para formar a los mejores guerreros del continente, tienes una cama en una habitación que compartes con otros cuatro guerreros y una cocina con comida disponible a todas horas. Es muy diferente a las islas pero te acostumbras.-
Había pasado ya un par de meses en aquel hermoso castillo, pero a pesar de ello cada vez que caminaba por sus pasillos y grandes salones aún se sorprendía con el trabajo que habían hecho en su construcción. Se preguntaba cual habría sido la función original de la fortaleza, ¿cuál habría sido el cometido de los constructores? ¿Y qué habría movido los corazones de aquellos que trabajaron en su edificación.
Ya caminaba de vuelta de una de sus exploraciones, caminaba por el salón de entrada esperando no ver muchas personas a esa hora, pero por el contrario observo alguien ingresando ¿Quizás alguien nuevo? Si era así, vaya, la señorita que administraba el castillo en verdad no descansaba.
- ¿Bienvenida? - dijo acercándose a ella por detrás, aun no podía ver su rostro, así que no sabía si era alguien nuevo o no.
Al menos eso planeaba decir hasta que frente a él apareció un rostro conocido, Tadashi, como no conocerlo, después de todo era una de las caras más reconocible en el castillo. Espero su turno
- Por eso también es un gran lugar en donde diferentes canciones combergen, historias y sagas de valor y honor, de guerra y amor. - termino diciendo al unirse a ellos
••Recuerda que su hermana mayor le dijo que si ve a Tadashi preguntarle cuando regresa porque aún le sigue esperando.••
<Antes que se me olvide Tadashi Kun, mi Onnesan me preguntó por si te veía cuando regresaras a casa, porque ella te espera.
••Tener a Tadashi cómo su onnisan le hacía muy feliz, esto no quiere decir que deteste a sus hermanos, pero siempre ha querido tenerlo como cuñado, cómo parte de la familia. Podía sentir en la punta de la lengua un sabor dulce caramelo que le agrada. Estuvo en ese momento a punto de contestar cuando escuchó otra voz conocida.
Volteo para ver quien era y cuando lo vio se alegró mucho de inmediato sintió otro sabor agradable a menta. No dudo un momento en abrazarlo. Byakko es muy de piel aunque había visto a este chico tres veces lo había extrañado. ••
<¡Hisashiburi Malkav san!
•• De alguna manera sentía miedo al no encontrar a nadie acá, pero ahora esta mucho más tranquila al ver que hay dos personas que conoce.••
-Eso hizo? yo...- se frotó la nuca buscando distracción en el entorno, por suerte llegó en forma de violinista.
"Y pequeños demonios desatando orgías por aquí y por allá" agregó mentalmente agradecido de no tener que pensar en una o veinte excusas. -Malkav- saludó con un tono diferente y un movimiento de su cabeza, claramente se conocían, lo que implicaba que el joven había visitado las tierras ancestrales ahora que acababan de abrir al turismo o ella había salido un poco antes de llegar a terrenos del castillo.
El mundo es un pañuelo! y la suerte estuvo muy cerca de sacarlo por la ventana si la carta llegaba un poco más alto en la línea de sangre. Suspiró bajito. -A estas horas de la noche tal vez desees un lugar tranquilo donde continuar su charla- sonrió con una mirada compinche hacia la muchacha, en las habitaciones no había armaduras que molestaran a esos dos viejos amigos reunidos. Y él estaba a favor de que Bychan disfrutara de los... beneficios de estar lejos de la familia.
Tadashi mantenía la sonrisa fragante, pero por dentro chasqueaba los dedos.
-Lamentablemente como Warden del castillo no puedo alejarme en un viaje tan largo como ese, mi deber es velar por la seguridad de Askal y de todos sus integrantes.
Apoya una mano en su pecho y se inclina excusándose.
-Pero tenerte aquí seguro es reconfortante para ambas, no siempre puedes tener un ojo puesto sobre este conejo- rió entre dientes.
