Hall de Recepción

[Narrador]

Se trata de una gran habitación Circular con una cúpula translúcida. Contra uno de los lados, la zona donde los recién llegados pueden dejar su equipaje. Contra el lado opuesto, el Gran Cristal, una herramienta que puede transportar a los guerreros hacia cristales menores distribuidos por todo el continente.

[Mihail]

Tras sus palabras y ver como Esmeralda se ofrecía a guiar a la joven hacia su dormitorio, le vió tomar su equipaje y marcharse ante lo cual y tras ver como Xiang les seguía en silencio sonrió ligeramente para así seguirles también, aún cuando sabía que no le agradaba a algunos del fuerte quizá algún día podía hacer que aquello cambiara.

* Se va *

[Cornelia]

Había estado vigilando desde temprano como todos los días desde abril, algo tan importante necesitaba estudio de campo riguroso. Cornelia tenía mucha confianza en si misma pero era una confianza objetiva, en Askal podía observar que si bien nadie llegaba a su nivel de fuerza, complementaban con una resistencia insana.

Ese mismo día habían regresado con una seriedad en sus cuerpos más apta para las misiones de insurgency que para un pequeño favor personal en un pueblo pequeño, se separaron en los pasillos y Nelly se preparó mentalmente para esto. Tenía una sola oportunidad de hacerlo y aunque antes no era un factor... Ahora tenía que ser preciso.

¿Cómo lograr liberarle el camino a Jottun sin morir en el intento o manchar sus manos con la sangre del hermano de los tharagon?

Se le ocurrió en una de esas veces que rememoraba el comienzo de otra promesa, debería darle las gracias después. No.. agradecerle a alguien una idea así era un poco psycho... Se tomaría el crédito, era una idea simple, pero no significaba que todo estaría bien solo por ejecutarla así. Muchas cosas cerrarían en el castillo después de esto y todavía tenía otras obligaciones que no podía posponer.

Accer salía a hacer misiones en las que se requería un solo guerrero del fuerte, volvía el mismo día y nunca lo veía en mal estado a excepción de esa vez que salió sin pasar por el tablón, sino desde los pisos superiores. Este no era el caso, había tomado una simple, el papel faltante le daba luz a la tharagon sobre la zona a la que fue y montó guardia en el Hall, apoyada contra la pared tras el cristal con papel y lápiz en mano, en las sombras a salvo del fuerte sol que entraba a raudales por las puertas principales bien abiertas.

Había armaduras en las cuatro esquinas más dos afuera y dos más en el comienzo del pasillo, cualquier movimiento ofensivo las activaría y por ello este lugar era de los menos indicados. Mantuvo el cuerpo relajado y el arma plegada en su espalda, estaba esperando a alguien y no había dudas de ello.

No había necesidad de esconderse pero en un acercamiento directo, por muy inocente, lo pondría en guardia más rápido. Prefería tener ese factor a su favor. Se separó un poco de la pared para no hacer ruido con el hacha y guardó los materiales en sus bolsillos, Filismaius le había seguido y corría de la puerta principal al arco del pasillo como un poseso, una y otra vez siguiendo su sombra creciente con la cabeza en alto y la lengua afuera. Cornie hizo una mueca, había gente con dragones en este lugar, que vergüenza...

[Accer]

El cristal brilló iluminando la sala y antes de que la luz se disipara, el primer paso de Accer resonó entre los muros. La nueva armadura era algo pesada, pero había más libertad en algunas articulaciones. Últimamente se había vuelto el conejillo de indias de una pareja de herreros, que le invitaban a probar nuevos diseños y llevarlos a pruebas de campo. Quizás fuera por la frecuencia con que salía a luchar, o tal vez porque era de los pocos que podían cargar con los diseños más ostentosos sin sofocarse. Cualquiera fuera el caso, era conveniente para Accer.

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Se tomó un tiempo para apagar el fuego que persistía en su hombro a base de palmadas. No había recibido mucho daño pese a algunos descuidos y aún no caía a la noche. Revisó la brújula que indicaba la posición de su hermana y concluyó su dirección. Si estaba muy ocupada trabajando, haría algo de tiempo con otra misión, pero realmente esperaba encontrarla libre. Se cargó el kanabo al hombro y comenzó a caminar.

[Cornelia]

Cornelia aguantó la respiración cuando el destello trajo consigo a su presa, si es que se lo podía llamar así, el arameddan era imponente y no había tratado con él para conocer sus límites morales. Se hacía una idea de las represalias de amenazar a los suyos, eso saltaba a la vista hasta viéndolo de lejos.

- Tiene un hermano. Si llegado el momento intenta protegerla, ¿puedo dejarlo en tus manos?. Los tipos grandes son molestos- se quejó mirando el filo de su cuchillo- La carne dura no es nada sabrosa...

Entrecerró los ojos mientras el grandote se apagaba el fuego, no lo quería cerca del tharagon ni ahora ni nunca, sean cuales sean los resultados. Jottun Heim sería protegido hoy.

Había visto a la niña tomarlo de la mano muchas veces, usaría el mismo movimiento, uno al que estaba acostumbrado ese cuerpo tallado en batallas. Se movió de su lugar en cuanto el arma del hombre volvía a su espalda y aferró esa mano mientras sujetaba la propia con un envión preparado.

-Mabeilan!-

Así como le había funcionado a Vazyl también le funcionó a ella... o se podía dar por perdida.

*Se van*

[Cornelia]

El destello del cristal la trajo de nuevo al castillo, si le hubieran bloqueado el acceso al cristal habría tomado el camino largo y se hubiera presentado en la puerta tarde o temprano, pero habría regresado de una manera u otra.

Su corta estadía en Rappa había sido fructífera para la causa, también obteniendo escasa información de la boca de Vazyl sin ahondar en quien, como y donde. Lo más importante: no hubo decesos en el castillo mientras estuvo fuera.

Estaba cansada, abatida, débil... Pero no se notó en sus ojos. Escuchó el sonido de dos armas cruzando filo, las dos armaduras de la puerta al exterior habían bloqueado el camino con las lanzas. Entendió, no pensaba huir. Giró la cabeza hacia el pasillo de la planta baja, esas armaduras no se habían movido, no hacía falta una tirada alta en inteligencia o percepción para entender el plan del lugar. ¿Su propio plan? volver a verlo. Enojado, aliviado, no importaba...

Estaba desarmada y con las manos a la vista, no por opción, sino porque no podía trasladar el peso de la reliquia cuando había abandonado la sangre humana del todo y la había reemplazado por escasos animales desprevenidos, difíciles de conseguir en tierras de humanos y slaads. Avanzó con precaución y se adentró al pasillo, momento en que las armaduras de ese lado bloquearon el paso, y así sería hasta que llegase el momento en que no le permitan avanzar más.

*se va*

[Ardelean Rhys]

Arribó bien entrada la noche, cuando el día contaba sus últimos minutos antes de la medianoche.

Ataviado en los pesados ropajes negros y azules que favorecia en las heladas aguas norteñas; pálido y ojeroso, con el oscuro y largo cabello ligeramente revuelto por el largo viaje, Ardelean pintaba una estampa regia y sombria.

Nada, aparte de la imperiosa necesidad de alejarse de su familia paterna y del baño de sangre que se avecinaba entre ellos, le habria hecho aceptar la invitación de la fortaleza. Sin embargo eso no le hacía feliz en lo absoluto, hecho que quedaba firmemente constatado por los movimientos hastiados y ligeramente más bruscos con los que descargaba su caballo y dejaba el voluminoso equipaje en el Hall.

En el desierto y amplio recinto, el sonido firme de sus pasos llenaba el silencio de la noche.

[Esmeralda]

Esmeralda camina con elegancia por los pasillos, hasta darse cuenta que alguien más había en el Hall. — Mira Sou. — La chica se percata de un miembro nuevo en el castillo. — Buenas bienvenido seas a Askal. Soy Esmeralda Tattaglia y ella es mi amiga Soubi ¿Con quien tengo el placer? —

La Vrennethsé se percato que el hombre es demasiado atractivo, demasiado sensual así que trato de no descontrolarse. No quería que se sintiera incomodo en su primer día.

[Soubi]

La Vrennetse se sabía un atajito que tenía más sombra era irse por el patio donde había como un techito, más que atajo era la vuelta del Tony, pero le atradó ir con una amiga que entendiera su problema con la calor, menos mal y se había hidratado bien, pero de todas maneras ya sentia el dolor de cabeza de lo fuerte que le llegó el sol en la cabeza y no se la mojó por que le enseñaron de pequeña que mojarse la cabeza era malo.

Iba del gancho de su amiga. – Amiga ¿No crees que con el potrillo es suficiente? Guardate regalo para navidad –

Saca la lengua hacia afuera un tanto traviesa, pero burlona también, al llegar nota que su amiga se detiene y pues, si, había allí un varón que no había visto antes, notando que tenía equipaje, era un recién llegado, no supo como reaccionar enseguida, y pues Tattaglia tenía mas personalidad, así que fué la primera en hablar, ella solo le sonrió contenta. – ¡Bienvenido seas! Si, Soy Soubi Lioncer, un gusto, ibamos de paso a las habitaciones, así que... podríamos ir juntos, de paso nos cuentas de qué tierras vienes viajando. – Toma una de sus maletas, tenía fuerza así que no le hizo problema, su amiga estaba actuando más coqueta de lo normal, pero, supongo que sólo fué la primera impresión, si había que admitirlo es el tipo que le gusta a su amiga, "Y luego dice que le gustan los chicos malos" Pensó para sus adentros.

[Ardelean Rhys]

Dirigió una mirada rápida y desinteresada por el rabillo del ojo a las dos personas que le habían saludado y asintió con brusquedad. —Ardelean Rhys, Tharagon.— Respondió con voz baja y profunda pero sin volter a mirarlas ni hacer algún otro esfuerzo por interactuar. Sin detener su tarea de descargue, salió brevemente y retorno con dos bultos más. Uno de apariencia aspera y pesada y un pequeño saco de cuero que producia un ligero tintineo metálico. El primero fue arrojado al suelo sin ceremonias, produciendo un estrépito. "Asi que ahí pusieron las espadas..." Pensó al mirar el bulto sin un apice de remordimiento o preocupación por sus armas. Empujándolo con el pie, colocó con delicadeza el saco de cuero a su lado y pauso un momento, finalmente recordando de donde ese nombre y apellido le resultaba familiar.

—McAllister. — Entonó al fijar la vista en Esmeralda, mirándola de arriba abajo. —Nicholas McAllister, Vrenneth — Eso tenía la intencion original de ser una pregunta pero fastidiado y cansado como estaba, involuntariamente le habia salido como una declaración.

Mirando a la otra chica tomar la maleta, la dedico una mirada un poco confundida antes de pasarle el saco que sostenía con la intención de intercambiarlo por la maleta, pues sin duda pesaba menos. —Gracias.—

[Esmeralda]

— Se nota, por tu acento. — Sonrió levemente. Soubi tomó la maleta del hombre nuevo pero había algo más el cual le llamaba poderosamente la atención y no era solo sus facciones sino esa mirada penetrante, esa mirada de malicia. "Es mi tipo" Pensó. Pero luego volvió a la realidad cuando dio el nombre de su hermano mayor.

No le impresionaba para nada que conociera a su hermano, ya que tiende viajar mucho. — Pues si, es mi hermano mayor, pero bueno no nos quedemos acá ven, vamos a las habitaciones. —

Caminó guiando al muchacho por el castillo.

"Se van"